A veces se me viene a la memoria cosas de mi niñez en Yerbo, pequeña aldea del occidente de Asturias.
Cosas que me gustaban mucho, cosas con las que disfrutaba mucho, cosas que han dejado huella.
Amigos de toda la vida, vecinos que ya no están, otros ya mayores que han formado y forman parte de mi vida.
Todo ese conjunto hace que entres en Yerbo, cruces el puente, respires hondo y pienses ¡uf estoy en casa! ¡qué bien me siento¡
El río nos ha acompañado siempre. Esas tardes de verano ir todos los niños juntos a bañarnos. Cuantas veces he llegado a casa “pingando” porque estabas jugando en el río y claro Ley de Murphi: ¡para el agua!
Volver de la hierba encima del carro e ir enganchando todas las ramas de los árboles. Hacer los balagares. Ese olor que desprendían cuando ibas tirando de la hierba. Aún lo recuerdo.
Las matanzas, la fiesta, las reuniones de los mayores en la era al tocar el “turuchu”, escondernos en el maíz, jugar a las casitas en el corredor de la panera, ver a mi abuelo lleno de harina volver del molino, etc, etc etc…Por todo esto y muchas cosas más nació la idea de Ca Lulón, para que otros pequeños y grandes guarden en su memoria cachitos de Yerbo y de su casa rural en Asturias.